Muchas gracias por todos vuestros comentarios, sinceros y emocionantes... incontable todo lo que se me viene a la mente cuando apenas me paro a pensar un poco en el viaje, o cuando ojeo sencillamente algunas de las fotos que me trasladan a determinados lugares y mommentos.
El objetivo se ha cumplido, pero el viaje todavìa no ha finalizado... pues el regreso tambièn està resultando muy interesante y emocionante... lleno de sorpresas (siempre agradables) y sobre todo muy muy entretenido.
El objetivo se ha cumplido, pero el viaje todavìa no ha finalizado... pues el regreso tambièn està resultando muy interesante y emocionante... lleno de sorpresas (siempre agradables) y sobre todo muy muy entretenido.
Y desde el mismo inicio del regreso, esto es, desde que iniciè la bajada desde el acantilado de Nordkapp en bici... a 7 kms de mi salida decidì bajarme ante la peligrosidad que representaba el fortìsimo viento racheado... no imposible mantener el equilibrio, pero si en ocasiones evitar que la bici fuese impulsada bruscamente hacia el centro de la estrecha carretera... con la posibilidad de que un coche me adelantase en ese momento o alguien viniese de frente. Lo tuve muy claro... allì se terminaba el viaje con la bici... y decidì esperar a que pasase algùn coche.
El primero que pasò no dudò en pararme y llevarme hasta la zona baja y segura, una amable pareja (èl noruego y ella sudafricana), obteniendo una grata invitaciòn a visitar este paìs quizàs algùn dìa... siempre sorpresas... incluso cuando uno cree que se ha terminado...
Ilustro esta entrada con algunas fotos de los dìas previos, como la entrada en la comuna de Nordkapp (algo como el ayuntamiento), la visita a uno de los ùltimos glaciares de nuestro continente que desemboca en el mar, o el encuentro con dos turolenses que viajan en autocaravana... con los que mantento una tranquila y entranable conversaciòn, asì como la inesperada recompensa de un genuino jamòn de nuestra querida patria,o el ofrecimiento a cualquier cosa que necesitase en aquel momento.
La planificaciòn y reserva del regreso no ha sido demasiado difìcil, incluyendo un viaje de cerca de 18 horas en el barco turìstico (tipo crucero) por excelencia de Noruega (Hurtigruten), con un recorrido maravilloso entre islas a travès de los fiordos, y que recorre este largo paìs... el viaje entero dura entorno a 5 dìas (en mi caso, como he dicho, "apenas" 18 horas) entre la isla de Nordkapp y Tromsø).
Resulta paradòjico, pero la travesìa resulta tediosa en ocasiones y parece que el cuerpo, acostumbrado a otra dinàmica, se siente màs agotado que si hubiese pedaleado todo el dìa.
Con Hurtigruten llego a Tromsø, ciudad de 63.000 habitantes, desde la que volarè a Espana vìa Oslo... allì me està esperando una nueva sorpresa, una amiga de Eiler (al que conocì en Trondheim) llamada Bente, que me ofrece su casa durante todo el fin de semana mientras espero el dìa del vuelo... para rizar el rizo, me entero que Bente ni siquiera es amiga directa de Eiler, sino que ambos tienen amigos comunes... viene a esperarme al puerto a mi llegada a las 00:00h... què puedo decir?... la palabra que màs he utilizado en todo el viaje... "gracias", asì como el sìmbolo universal que no entiende de lenguas, la sonrisa !!
Ahora toca la tarea de empaquetar todo, bici y todo lo demàs, para el vuelo, con el fin de preservar su integridad y mi comodidad con el equipaje... esto lleva consigo conseguir una caja de embalaje de bicis nuevas asì como comprar una bolsa de viaje, ante lo poco adecuadas que resultan las alforjas que hasta ahora he llevado y que por cierto, tan bien han funcionado.
Simpàtica mi estampa atravesando la calle peatonal de Tromsø con una caja de bici a las espaldas llevada al estilo mochila.
Aùn queda mucho fin de semana en Tromsø a la hora de escribir estas letras, por lo que toca a provechar estos ùltimos dìas en este paìs que me ha acogido durante el ùltimo mes.
El primero que pasò no dudò en pararme y llevarme hasta la zona baja y segura, una amable pareja (èl noruego y ella sudafricana), obteniendo una grata invitaciòn a visitar este paìs quizàs algùn dìa... siempre sorpresas... incluso cuando uno cree que se ha terminado...
Ilustro esta entrada con algunas fotos de los dìas previos, como la entrada en la comuna de Nordkapp (algo como el ayuntamiento), la visita a uno de los ùltimos glaciares de nuestro continente que desemboca en el mar, o el encuentro con dos turolenses que viajan en autocaravana... con los que mantento una tranquila y entranable conversaciòn, asì como la inesperada recompensa de un genuino jamòn de nuestra querida patria,o el ofrecimiento a cualquier cosa que necesitase en aquel momento.
La planificaciòn y reserva del regreso no ha sido demasiado difìcil, incluyendo un viaje de cerca de 18 horas en el barco turìstico (tipo crucero) por excelencia de Noruega (Hurtigruten), con un recorrido maravilloso entre islas a travès de los fiordos, y que recorre este largo paìs... el viaje entero dura entorno a 5 dìas (en mi caso, como he dicho, "apenas" 18 horas) entre la isla de Nordkapp y Tromsø).
Resulta paradòjico, pero la travesìa resulta tediosa en ocasiones y parece que el cuerpo, acostumbrado a otra dinàmica, se siente màs agotado que si hubiese pedaleado todo el dìa.
Con Hurtigruten llego a Tromsø, ciudad de 63.000 habitantes, desde la que volarè a Espana vìa Oslo... allì me està esperando una nueva sorpresa, una amiga de Eiler (al que conocì en Trondheim) llamada Bente, que me ofrece su casa durante todo el fin de semana mientras espero el dìa del vuelo... para rizar el rizo, me entero que Bente ni siquiera es amiga directa de Eiler, sino que ambos tienen amigos comunes... viene a esperarme al puerto a mi llegada a las 00:00h... què puedo decir?... la palabra que màs he utilizado en todo el viaje... "gracias", asì como el sìmbolo universal que no entiende de lenguas, la sonrisa !!
Ahora toca la tarea de empaquetar todo, bici y todo lo demàs, para el vuelo, con el fin de preservar su integridad y mi comodidad con el equipaje... esto lleva consigo conseguir una caja de embalaje de bicis nuevas asì como comprar una bolsa de viaje, ante lo poco adecuadas que resultan las alforjas que hasta ahora he llevado y que por cierto, tan bien han funcionado.
Simpàtica mi estampa atravesando la calle peatonal de Tromsø con una caja de bici a las espaldas llevada al estilo mochila.
Aùn queda mucho fin de semana en Tromsø a la hora de escribir estas letras, por lo que toca a provechar estos ùltimos dìas en este paìs que me ha acogido durante el ùltimo mes.