La vuelta ha sido muy cómoda, con vuelo casi directo desde Tromso vía Oslo hasta Madrid, para desde allí en autobús viajar hasta Santiago.
La bici, el principal "inconveniente", perfectamente embalada, llega sin ningún problema.
El fin de semana en Tromso me deparó la estancia en la casa de Bente, sin palabras una vez más... su hospitalidad, su agradable conversación, las deliciosas comidas y todo lo que aprendí en mis últimas horas en Noruega acerca de este fascinante país, nunca mejor que cuando se comparte directamente a partir de sus propios habitantes. Fascinante, sin duda!!
La llegada, emotiva y esperada, con la cabeza convenientemente amueblada por el cambio en la rutina diaria que supone, el goce del reencuentro con los que me quieren y con toda la fuerza para iniciar con ganas esta nueva etapa.