Mapa de ruta

miércoles, mayo 21

Vicisitudes del viaje¡¡

El viaje, desde un primer momento, estaba claro que tenía dos partes: una en España, siguiendo el Camino del Norte o de la Costa, conociendo peregrinos a Santiago, hospedándome en albergues, y otra en el extranjero, completamente distinta.

También estaba claro que al menos de partida debía responder a un plan predefinido, una especie de guión, difícil de imaginar que se pudiese cumplir a rajatabla, y menos conociéndome.

Más claro todavía es que el propio viaje depararía situaciones inesperadas, gentes, lugares, etc.

Pues aquí estoy, en Zarautz, disfrutando de mi estancia y de un impass mientras me recupero de algo que inicialmente no tenía importancia y que comentaba en la anterior entrada. La inflamación de un tendón allí donde justamente se sienta uno (bajo el isquion derecho), lo que me impide (de momento) montar en bici, o cuando menos sentarme.

Esta inesperada estancia en Zarautz (no la denominaré parada, pues estoy seguro de que tiene un sentido) me ha permitido conocer y fraguar una maravillosa amistad. Me refiero una vez más a mis amigos Koro y Felipe, con los que comparto estos días. Estos días significan una especie de "reubicación" o "reorientación" del viaje, como un hacer balance de cómo ha ido hasta ahora y de cuál debería ser el enfoque a partir de este momento.

Hay una frase que lo resume todo: "los caminos deben empezarse como un viejecito si se pretende terminarlos como un jovencito".

En este tiempo hasta aquí me he dado cuenta de que debía aprender (una vez más) cuál era el "ritmo", el "tempo" del viaje, y que sólo cuando consiga "cogerlo", bailar a su son, dejarme llevar por él, disfrutaré cada segundo del mismo.

Resulta complejo explicarlo, pero lo intentaré: en nuestra vida real (en la que me incluyo) vivimos marcados por unas pautas, una dinámica que rige nuestro día a día... y casi siempre conlleva unos momentos muy definidos, unos fines muy claros (comidas, horario de trabajo, otras actividades, etc.)

En un viaje de este tipo, deben romperse estos moldes... no ha lugar a esas "ataduras" que la vida "normal" nos autoimpone, aquí la improvisación está a la orden del día, se debe hacer lo que el viaje dicta en cada instante... y no es fácil alcanzar este objetivo... lleva su tiempo. Quizá sea éste el mayor aprendizaje hasta este instante.

Esta filosofía, actuando en consecuencia, hace que no ponga día ni hora de inicio de la segunda parte del viaje, llegará sin más, en el momento que tenga que ser. Sólo hay que dejarse llevar y mientras tanto disfrutar de esta maravillosa tierra que me ha acogido, que estoy descubriendo (nunca había estado tanto antes en el País Vasco), de sus fantásticas gentes, de su entorno.
Estos días los he dedicado a viajar por ejemplo a la aburguesada Villa de Biarritz, a Irún... y a multitud de pequeñas y acogedoras localidades circundantes, a conocer a su gente, charlar con ellos y tratar de aprovechar al máximo los días que esté por aquí.

Lo que el viaje depare está por llegar, los objetivos no cambian y menos el que escribe, sencillamente este impass forma parte importante, una etapa más de este sorprendente viaje que me he planteado.